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Horas después de que el presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, firmara el decreto por medio del cual ordena el traslado de la embajada en Israel a la ciudad de Jerusalén, reconociéndola como su nueva capital, las consecuencias han escalado de nivel trastocando fibras sensibles que amenazan con desencadenar un conflicto que podría convertirse en bélico.
Jerusalén, la nueva capital de Israel
La determinación del gobierno estadounidense, aunque generó elogios dentro de la mayor parte de la comunidad judía y en Israel, en el resto del mundo ha generado posiciones encontradas.
Personalidades como el papa Francisco criticaron la decisión, así como los primeros ministros de países como Francia, España, Gran Bretaña y también el secretario general de la ONU, entre muchos otros.
Ante lo importante del decreto, el Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado a una reunión de emergencia para abordar la problemática, pues se teme que pudieran desatarse una serie de consecuencias graves.
Amenaza de Intifada
En Palestina, el líder del grupo extremista Hamas hizo un llamado a realizar una nueva Intifada, aseverando que ésta debería mantenerse hasta que la determinación de trasladar la capital de Israel a Jerusalén sea revocada.
La última ocasión que se realizó un llamado de este tipo, fue a principios del presente siglo, y se dejó como saldo miles de fallecidos, tras arreciarse los atentados suicidas y demás ataques contra los asentamientos en los territorios ocupados.
De igual forma el líder espiritual de Hezbollah, el grupo miliciano más importante del Líbano, también aplaudió la determinación de convocar a un nuevo levantamiento, por lo que las fuerzas de seguridad israelíes se declararon en máxima alerta.
Desde el anuncio se han registrado múltiples y multitudinarias protestas en diversas ciudades de Palestina y sus territorios ocupados, algunas de las más violentas se registraron en la ciudad de Belén, donde se reportan decenas de heridos, aunque principalmente con armas de disuasión de protestas, tales como gases lacrimógenos y balas de goma.
No obstante que este jueves los enfrentamientos escalaron a un nuevo nivel, Israel denunció que desde Gaza se dispararon al menos tres proyectiles hacia territorios ocupados por colonos judíos, a lo que respondieron con un ataque aéreo y otro más con tanque contra objetivos militares en Palestina.
Y aunque no se reportan bajas humanas tras los ataques, el clima de tensión continúa acrecentándose ante la amenaza aún no cumplida de una nueva intifada, lo cual significaría una ola de ataques violentos contra asentamientos judíos.
Estados Unidos no cambia sus planes
En Estados Unidos se ratificó también que la visita programada del vicepresidente Pence a Israel y Palestina para este mismo mes continúa vigente, aseverando que su cancelación podría agudizar el conflicto; esto a pesar de que oficiales palestinos declararon que tras el anuncio de Trump se negarán a recibir en persona al vicepresidente estadounidense.
Jerusalén era considerada una ciudad con cierta neutralidad, por ser un espacio sagrado para las tres mayores religiones del planeta; de facto, Jerusalén está integrada por territorio mayormente palestino en su parte este, mientras que Israel sólo tiene injerencia en la parte occidental, por lo cual se ha criticado que se pretenda generalizar ahora la ciudad, cómo si se tratara sólo de la capital del estado de Israel.
En Latinoamérica países como México refrendaron su determinación de mantener su embajada en la ciudad de Tel Aviv, por lo que hasta la fecha la iniciativa de Donald J. Trump no cuenta con el respaldo de ninguna otra nación, a pesar de que las embajadas israelíes han comenzado a cabildear en diversos países el reconocimiento de Jerusalén como la nueva capital del estado de Israel.
