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Estudiantes, profesores y personal de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) vivieron minutos de tensión e incertidumbre tras registrarse una balacera al interior del campus, lo cual detonó los sistemas de emergencia.
Cientos de jóvenes se atrincheraron en salones, oficinas, bodegas o el lugar más cercano que pudieran; con las luces apagadas y bloqueando con sillas, escritorios y demás muebles los accesos a su lugar de resguardo, permanecieron por varios minutos encerrados a oscuras y en silencio, rezando y esperando que terminara la pesadilla, sin que ningún hombre armado pudiera alcanzarlos.
Todo se originó por un hombre, cuya identidad aún no ha sido confirmada, quien ingresó a una pequeña oficina en el área de ingeniería, donde disparó contra otro hombre que se encontraba al interior, por motivos que aún se desconocen; tras ejecutarlo en el lugar, el atacante también se quitó la vida de un disparo.
En realidad en ese momento terminó la amenaza, no obstante miles de estudiantes y personal que permanecía en el centro universitario, no sabían que el peligro había pasado, y vivieron momentos de gran tensión, resguardándose de posibles nuevos disparos.
En entrevista en medios locales, varios jóvenes han señalado que creyeron que podía tratarse de una nueva masacre, por lo que permanecían con gran tensión y quienes podían enviaban mensajes de amor a sus familias, con el temor de no volver a verlos.
Estudiantes relatan que mientras estaban resguardados sólo podían escuchar el ruido de los helicópteros, las patrullas y los agentes que comenzaban a recorrer el campus, asegurando el área de cualquier posible amenaza.
Cientos de estudiantes comenzaron a ser evacuados gradualmente, por protocolo con los brazos en lo alto para garantizar que no representarán tampoco ninguna amenaza.
Finalmente, después de un lapso aproximado de dos horas, poco después del medio día, los agentes decretaron controlada la situación, acordonando el área de los disparos, para iniciar así las indagatorias sobre el caso.
Para algunos jóvenes fue especialmente traumático el incidente, pues ya antes habían estado en un tiroteo escolar; tal es el caso de una estudiante de nombre Isaura Rivera, quien años atrás había sobrevivido al ataque en el Santa Monica Collage, donde un un joven perpetró un tiroteo en el que fallecieron siete personas.
