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Este fin de semana se han publicado los datos sobre empleo en los Estados Unidos durante el mes de mayo 2016, los cuales resultaron decepcionantes, como calificaron analistas, pues se reportó tan sólo una creación de 38 mil puestos de trabajo, siendo que se tenía una expectativa de 160 mil, lo que representa el peor índice de generación de empleo en seis años.
El débil reporte sobre empleo tuvo impacto directo en las finanzas, provocando una depreciación del dólar de un 1.7% y generando un clima de tensión que enfocó la atención en la reacción de la presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), Janet Yellen.
Sin embargo en conferencia de prensa en la ciudad de Philadelphia, la titular de la Fed se mostró tranquila y confiada en que la economía retomará mejor rumbo, señalando que a pesar de que se tienen datos desalentadores, estos son compensados por las cifras positivas que aún se presentan, entre ellas las peticiones semanales de subsidio de desempleo.
En el encuentro con periodistas donde expuso la política monetaria y perspectiva económica de la Fed, Yellen reconoció que los resultados pueden catalogarse de “decepcionantes”, no obstante apuntó que se mantienen condiciones de alcanzar los objetivos de crecimiento e inflación, a reserva de que los próximos datos macroeconómicos sean positivos y los precios de los energéticos o la moneda no sufran drástica caídas.
Asimismo la funcionaria señaló que el mínimo avance de 0.03% en cuanto a la reducción del desempleo, se debe a que menos personas han declarado su condición y no en realidad por que se tenga una significativa mayor oferta de trabajo.
Yellen, en actitud calmada intentó mostrar una cara más optimista, señalando que la situación financiera se ha recuperado de forma significativa y se encuentra sólida, aclarando que también los riesgos han sido reducidos considerablemente, aunque subrayando que aún existen.
En ese sentido la funcionaria también señaló la importancia de que el próximo referéndum del próximo 23 de junio tenga una orientación a mantener al Reino Unido dentro de la Unión Europea, advirtiendo que una salida de esta magnitud podría tener consecuencias significativas en la economía.
